Realidad
social y la educación (Carolina
Cabrera)
El
devenir histórico
Nuestra sociedad, nos
demuestra su búsqueda indeterminada de situaciones superadoras, de
los diversos recovecos de la sociedad, que se han transformado en la
liberación de las almas individualistas confrontadoras del sistema
global.
El
sociólogo “Zygmunt Bauman” en su libro “Modernidad
líquida”, nos retrotrae a los diversos paralelismos entre aquello
que fue y lo que es hoy.
La
educación como sistema de aprendizaje, no queda librada a los
cambios y rupturas de la modernidad, ya que, cada institución en
forma genérica, se constituye por individuos que conformaban y
conforman el sistema social, económico y político de su tiempo.
Retomando
la idea de “modernidad líquida”, en este concepto, para que hoy
se sitúe aquello que es “líquido”, anteriormente existió
aquello “sólido”, por sólido entendemos aquello que conserva su
forma, aquello duradero, y por líquido, el fluido y lo leve.
Los
antónimos se exponen en el comienzo de la modernidad sólida y en el
actual transcurso de la modernidad líquida.
Aquello
que se encontraba encerrado, reprimido, endurecido y homogeneizado buscaba desesperada mente la libertad, la emancipación, lo
heterogéneo, lo fluido.
Para desarrollar el
devenir histórico de nuestra sociedad y comprender su influencia en
los individuos y también en lo que ataña a nuestra educación, es
necesario describir algunos conceptos del comienzo de la
modernidad “sólida”.
En
tiempos de incertidumbre, fue necesario establecer una organización en
la praxis de todas las disciplinas, aunque algunos deseos se
encontraban reprimidos, el ser colectivo de la sociedad necesitaba
encontrar el camino “ideal”.
La
sociedad estaba regida por normas, valores y costumbres que se creían
duraderos, el miedo a la libertad sin rumbo que ofrecía la postura
crítica, aterrorizaba al ciudadano que contemplaba sus días en la
pirámide social y estructural del mundo (…) ¡¡el terror de no
ser guiado.!!
Así
como la masa de sujetos necesitaron en su tiempo, desplomar el
“templo civilizador de la educación”, para que éste sea
conformado por todos los individuos que creían necesaria la búsqueda
de la razón sin restricciones, (pero que también aspiraban a su
bien individual y la libertad de elección), todo esto sostuvo una
instancia anterior a la cual debieron rebelarse.
Así
, pues, la modernidad pasó de ser sólida e invariable a lo que
Bauman denomina “líquida”.
El
capitalismo
Muchas
de las causas (por no decir todas), de la trasformación del sujeto
social, del trabajo de la inmediatez, de la individualidad latente y
la sociedad colectiva por interés, son causas del capitalismo
violento, que viene sofocando desde aquel capitalismo pesado.
“Se
ha perdido el ideal pansófico” y ¿cómo se ha perdido?.
El
capitalismo de la modernidad pesada modelaba al mundo, establecía
el orden y la obediencia.
Las
fábricas fordistas describen a la sociedad moderna y al sujeto
alienado por años, el mundo duradero y lento.
El
mundo pesado establecía rutinas y “perseguía fines establecidos
por otros” “Bauman”. La rigidez, la autoridad, el no ver más
allá, establecía una vida repetitiva, necesitan rebelarse ante todo
ese sistema sofocante.
Y
en primera persona, me cuesta visualizar un espacio donde las
situaciones no surjan de manera rápida y cambiante como nos
demuestra nuestra sociedad en la actualidad.
El
capitalismo liviano es todo lo contrario al antecesor.
Se
encuentra la incertidumbre de los fines,la poca reflexión, ausencia
de valores, y la pérdida de lo duradero en este mundo de la
inmediatez ( ¿pero no es acaso esto lo que querían?) el ideal es
mucho más incierto cuando te ofrecen muchos ideales!
La
sociedad no es predeterminada, y la libertad existe pero nunca se
encuentra satisfecha, siempre hay algo más por hacer, por buscar,
por realizar la labor, tanto así que las oportunidades son
infinitas.
La labor es liviano, porque no resulta factible los tiempos largos, hay muchas oportunidades como para estancarse en sólo una.
La labor es liviano, porque no resulta factible los tiempos largos, hay muchas oportunidades como para estancarse en sólo una.
En
la educación también observamos aquello que no se conforma a
nada, la demanda del mercado de la razón, la sociedad exigiendo día
tras día el mejoramiento de todas las herramientas posibles, porque
nada puede quedar inmóvil ante la oferta y demanda y la esfera de lo
privado importa más que lo público.
El
mercado
Si
la modernidad líquida nos habla de “mercado”, el “consumo”
no puede estar ausente. Bauman hace referencia a la compulsión de
los deseos del hombre, ya no importan los fines, el consumo y deseo
son más amplios que los medios disponibles para obtenerlos.
Pero
la obtención del deseo es totalmente efímero porque no hay
conformidad, los medios de comunicación también son culpables por
su batalladora máquina de ofertas innecesarias para un sector
determinado.
La ostentación de los medios es culpable, por hacer creer a muchos
sujetos que “eso es posible”.
La ostentación hace infeliz al que no tiene los recursos, lo que el
mercado te ofrece es inalcanzable para los medios con los que se
dispone, y es allí donde fluye todo tipo de controversia social.
Algunos
deseos no son “necesidades” pero el mercado hace creer que es
así.
La
brecha social es dividida por aquellos que “necesitan y quieren
obtener esos deseos” y por aquellos “que quieren defender sus
objetos materiales”, aquellos objetos que fueron deseados, luego
obtenidos, y luego descartados, para la obtención de la última
oferta por atesorar!.
Espacio/tiempo
En
este contexto de la modernidad líquida, “el tiempo y el
espacio” es el choque entre la “realidad y entre lo que creen
que es la realidad”.
La obsesión por el consumo recorre todos los lugares, tanto como el
espacio público y el espacio privado “el mercado se amplía a
todas las dimensiones”.
La
gente obsesionada con la amenaza pública, con el roedor, con “el
otro”, ¡¡la comunidad invisible les aterra!!
Por
eso el consumo de seguridad para alejar al extraño se encuentra en
la modernidad líquida, buscan refugio en la “comunidad de los
iguales” a ese sector que se encuentra dentro de una misma categoría,es decir “los civilizados”.
Estos
civilizados aterrados por el afuera, piden más castigos a los
vagabundos, más represión y mayor lejanía, vivir lejos de la
otredad inferior, de “su particularidad privada, hacen una demanda
pública”.
Pero
a su vez necesitan de la otredad inferior, para diferenciarse, si no
su ostentación queda ¡disminuida!.
Pero
hay lugares donde no pueden escapar del choque entre extraños,”el
espacio público”.
Es
inevitable, el espacio público es el encuentro de la comunidad, las
plazas, los cines, los medios de trasportes.
Pero también hay
sectores donde la seguridad está garantizada, que son aquellos
lugares de consumo, donde se encuentran “las personas de una misma
categoría” ( así también sucede en los colegios).
Entonces
si el espacio público obliga a la sociedad a toparse con extraños,
los sectores de la sociedad, buscan lugares donde esos extraños
puedan ser evitados, así lo sugiere “modernidad líquida”, el
mercado te ofrece el consumo en lugares de gente parecida.
Todo
lo descripto al espacio y territorio es consecuencia de las obsesión
moderna y la conquista territorial y el espacio como poder!.
Ahora
bien, con lo que respecta al tiempo, entendemos que en tiempos de
la modernidad pesada, el tiempo era algo duradero, todo eso se
contradice con la actualidad, donde se está en contra de una
estructura duradera, de una vida laboral que dure toda una vida, nos
encontramos en “tiempos de software”.
El
tiempo, es un tiempo sin consecuencias, lo instantáneo es algo
satisfactorio y el tiempo y la distancia perdieron su sentido.!!!
“La
educación”
¿A
qué concluye todo lo descripto? la relación directa entre el
recorrido de la modernidad pesada hacia la modernidad líquida, las
consecuencias de una sobre la otra y la realidad social actual en sus
dimensiones y por consiguiente con la educación!!.
El
artículo de Francois Dubet “El declive y las mutaciones de la
institución”
hace
referencia a el declive que sufrieron las instituciones educativas a
lo largo de su trascurso desde los tiempos modernos.
Por
empezar en los tiempos modernos la educación se encontraba a cargo
de “La Iglesia” la institución moral y transmisora de valores.
En
su invención pedagógica fue creadora de un sujeto determinado, el
sujeto guiado por la Fe y la socialización.
La
socialización cristiana es la adhesión de las normas y valores
ofrecidos por la Institución Católica.
Así
como en la modernidad pesada Bauman la describe como homogénea,
pesada, duradera, la educación en ese contexto emergió de forma
similar, guiada por el dogmatismo, la organización, la ritualización
de el sistema, y la confección de una “ideal sagrado” y
conservador!.
En
los comienzos de la invención pedagógica se encuentra, por
principio, “la vocación del maestro”, encarnados en los ideales
del programa institucional, luego el “santuario sagrado”, la
escuela era separada de la sociedad, de la realidad en sí misma,
solo ejercía el papel de establecer conocimientos y
por comienzo “sólo a unos pocos”, era un orden- regular.
La
obediencia era un principio universal, y seguramente este fue otro de
los factores, en la búsqueda de la emancipación moderna.
En
el programa pedagógico o programa institucional también se volcaba
la relación con el ciudadano, querer liberar a “el otro” por
medio de la razón, es también referirse a las estrategias de la
cultura dominante, sobre la cultural universal.
El
autor hace referencia a la “ilusión pedagógica”.
El
declive del programa institucional afecta a esa naturaleza del
trabajo sobre el otro, pero también a los nuevos tiempos de fluidez,
los mismos grupos que se creen civilizados, se sienten invadidos por
la barbarie, de esa barbarie se sostienen aunque lo nieguen!.
En
la modernidad líquida, la sociedad actual, ha provocado el
desencanto de los valores universales y sagrados, de los principios homogéneos, y por supuesto que afectaría a las instituciones
educativas que conservan los estereotipos del pasado, ¿será tiempo
de una nueva educación?.
Pero
antes de plantear nuevos sistemas, es tiempo de replantearse por
qué estos hechos ocurren, al igual que en los hechos sociales, en
donde se dice que hay pobres pero nadie dice por qué razón los
hay!.
En
la educación pasa exactamente lo mismo, todo el sistema está mal,
la educación está en declive, pero pocos dicen por qué, y cuales
son los comienzos de estos conflictos y las causas principales, y el
cómo transformar esa realidad por medio de sistemas justos y no
retomando ideas retrógradas.
Por
eso también, se realiza un punto de referencia a la educación más
democrática y política.
Retomando
la visión moderna, entendemos que en la modernidad líquida la
influencia del mercado está muy latente, la educación también se
ha transformado en el mercado de la razón, de las apariencias, de
las clases sociales.
Y
la escuela debe responder a múltiples demandas, ya no de un
santuario Católico, sino para el conjunto entero de la sociedad.
La
crisis del programa institucional también es la crisis de la
vocación, hoy lo que se sostiene es el oficio, "los trabajadores de
la educación", la autoridad y valor del maestro ya no recae sobre un
principio sagrado o superior.
La
escuela ha ido democratizándose, incluyendo a las masas, y buscando
equidad e igualdad.
Pero
fuera de este sistema las desigualdades siguen existiendo.
La
modernidad líquida ofrece eso, así como un consumidor está insatisfecho constantemente por el incremento de la oferta y
demanda, lo mismo ocurre con las instituciones, así como ciertos
sectores quieren diferenciarse de la otredad que detestan, buscan
instituciones que realicen lo mismo ( diferenciar), si el mercado te
lo ofrece, eso se compra!!
Si
hoy en día el docente debe motivar a sus alumnos, y él mismo debe
construir su propia personalidad, también estamos refiriéndonos al mismo sistema líquido, al sistema individualista.
El
programa institucional se encontró en crisis en su propia
liberación, si en la modernidad pesada necesitaba de cambios
estructurales, por la rigidez de sus prácticas, en la actualidad,
se desequilibró en la base de su propio principio, como el autor
hace referencia sobre la “burguesía francesa”.
El
declive de las instituciones es producto de la transformación en la
búsqueda de la afirmación en este mundo moderno.